La vacuna de BioNTech y Pfizer necesitará una tercera dosis a los nueve meses o como máximo al año de la segunda, ha asegurado este miércoles Ugur Sahin, cofundador de la empresa alemana BioNTech, para volver a aumentar la protección frente al coronavirus. El científico ha explicado durante un encuentro virtual con corresponsales extranjeros en Alemania que los estudios más recientes muestran que la inmunidad desciende con el paso de los meses y que será necesario reactivarla con una tercera dosis, y probablemente con dosis sucesivas cada año o año y medio. Es algo similar a lo que ocurre con la gripe estacional.
La inmunización de BioNTech y Pfizer es la primera aprobada para uso comercial que usa ARN mensajero (al igual que la de Moderna), una especie de instrucciones con las que se fabrica una proteína que provoca la respuesta inmunitaria. Actualmente se administra en dos dosis, separadas por 21 días. Sahin ha asegurado que según los ensayos clínicos, con 40.000 participantes, esta pauta otorga una protección del 95%. En condiciones reales, ha añadido, refiriéndose al caso de Israel, donde ya hay más de cinco millones de personas vacunadas, el porcentaje es incluso superior, de un 96 o 97%.
Efectividad contra la variante india
Sobre la variante india, la que más preocupa actualmente en el mundo por la desesperada situación que vive el subcontinente, Sahin ha dicho que confía en que su vacuna también sea efectiva y confiera inmunidad. El científico, fundador del laboratorio junto con su mujer, la también doctora Özlem Türeci, aseguró que todavía se están haciendo pruebas pero que esperan que también funcione. La variante india tiene la particularidad de que combina dos mutaciones ya vistas antes en otras variantes, la brasileña y la californiana, de ahí que se la conozca como la variante de la doble mutación. “Ya hemos estudiado esas dos mutaciones y nuestra vacuna ha funcionado con ambas, algo que nos da confianza”, ha comentado.
El cofundador de BioNTech habló también acerca del debate sobre la suspensión de las patentes durante la pandemia. En su opinión, liberar la propiedad intelectual de las fórmulas no conseguiría aumentar la producción. La mejor solución, ha opinado, sería otorgar licencias de producción a terceras empresas con capacidad de fabricar las dosis. La vacuna, ha subrayado, no es fácil de producir y tiene que garantizarse exactamente la misma fórmula y calidad en todos los lotes que se repartan por el mundo. Su empresa se está planteando cómo ceder estas licencias de producción a laboratorios especializados, algo que podría suceder a finales de este año, adelantó.
La fórmula de la empresa alemana y Pfizer necesitará otro recuerdo a los nueve meses y probablemente cada año o año y medio
Fuente: Diario El País