Hay enfermedades que no presentan síntomas, por lo que es importante llevar una vida saludable y hacer revisiones constantes al médico
La nefropatía diabética es una complicación grave de la diabetes tipo 1 y 2. También se la llama enfermedad renal diabética. En Estados Unidos, aproximadamente 1 de cada 3 personas con diabetes padece de nefropatía diabética.
La nefropatía diabética afecta la capacidad de los riñones de hacer su trabajo habitual de eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. La mejor manera de prevenir o retrasar la nefropatía diabética es mantener un estilo de vida saludable y controlar de manera adecuada la diabetes y la presión arterial alta.
Con el trascurso de los años, la afección daña lentamente el delicado sistema de filtración de los riñones. El tratamiento temprano podría prevenir o retrasar la evolución de la enfermedad y reducir la posibilidad de complicaciones.
La enfermedad renal puede evolucionar y convertirse en insuficiencia renal, a la que también se la llama enfermedad renal en etapa terminal. La insuficiencia renal es una afección que pone en riesgo la vida. En esta etapa, las opciones de tratamiento son la diálisis o el trasplante de riñón.
Síntomas
En las primeras etapas de la nefropatía diabética, es muy posible que no notes ningún signo ni síntoma. En etapas posteriores, los signos y los síntomas pueden incluir lo siguiente:
- Empeoramiento del control de la presión arterial
- Proteína en la orina
- Hinchazón de pies, tobillos, manos u ojos
- Aumento de la necesidad de orinar
- Menor necesidad de insulina o medicamentos para la diabetes
- Confusión o dificultad para concentrarse
- Falta de aire
- Pérdida de apetito
- Náuseas y vómitos
- Picazón constante
- Fatiga
Cuándo debes consultar con un médico
Solicita una cita con tu médico si tienes algún signo o síntoma de enfermedad renal. Si padeces diabetes, consulta con tu médico todos los años (o según te lo recomienden) para hacerte pruebas que evalúen la función renal.
Factores de riesgo
Si tienes diabetes, los factores que pueden aumentar tu riesgo de sufrir nefropatía diabética incluyen:
- Glucosa en la sangre alta (hiperglucemia)
- Presión arterial alta sin controlar (hipertensión)
- Ser fumador
- Nivel alto de colesterol en la sangre
- Obesidad
- Antecedentes familiares de diabetes y enfermedad renal
Diagnóstico
La nefropatía diabética se suele diagnosticar durante pruebas de rutina que forman parte del control de la diabetes. Si tienes diabetes tipo 1, se recomienda que te hagas exámenes de detección de nefropatía diabética a partir del quinto año posterior a recibir el diagnóstico. Si te diagnostican diabetes tipo 2, los exámenes de detección comenzarán desde que recibas el diagnóstico.
Los exámenes de detección de rutina pueden incluir pruebas como las siguientes:
Prueba de albúmina en la orina. Esta prueba puede detectar la proteína albúmina sanguínea en la orina. Normalmente, los riñones no filtran la albúmina de la sangre. Tener demasiada cantidad de la proteína en la orina puede indicar una función renal deficiente.
Proporción albúmina-creatinina. La creatinina es una sustancia química de desecho que los riñones sanos eliminan de la sangre. La proporción albúmina-creatinina, una medida de la cantidad de albúmina presente en una muestra de orina en relación con la cantidad de creatinina que hay, es otra indicación de la función renal.
Tasa de filtración glomerular. La medición de la creatinina en una muestra de sangre puede utilizarse para calcular la rapidez con que los riñones filtran la sangre (tasa de filtración glomerular). Una tasa de filtración baja indica una función renal deficiente.
Otras pruebas de diagnóstico pueden incluir las siguientes:
Pruebas por imágenes. El médico puede usar radiografías y ecografías para evaluar la estructura y el tamaño de tus riñones. También podrías hacerte una tomografía computarizada y una resonancia magnética para determinar si la sangre está circulando adecuadamente dentro de tus riñones. En algunos casos, se pueden utilizar otras pruebas por imágenes.
Biopsia de riñón. El médico puede recomendar una biopsia de riñón para obtener una muestra de tejido renal. Se administra un medicamento que entumece (anestésico local). Luego, el médico utiliza una aguja delgada para extraer pequeños trozos de tejido renal y examinarlos bajo el microscopio.
Tratamiento
El primer paso para tratar la nefropatía diabética es tratar y controlar la diabetes y la presión arterial alta (hipertensión). Esto incluye alimentación, cambios en el estilo de vida, ejercicio y medicamentos de venta con receta médica. Con un buen control de la glucosa en la sangre y de la hipertensión, puedes prevenir o retrasar la disfunción renal y otras complicaciones.
Medicamentos
En las primeras etapas de la nefropatía diabética, tu plan de tratamiento podría incluir medicamentos para controlar lo siguiente:
Control de la presión arterial. Los medicamentos que se llaman inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina y antagonistas de los receptores de la angiotensina II se utilizan para tratar la hipertensión arterial.
Control de la glucosa sanguínea. Los medicamentos pueden ayudar a controlar el nivel alto de glucosa sanguínea en personas con nefropatía diabética. La metformina (Fortamet, Glucophage u otros) también mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la producción de glucosa en el hígado. Los agonistas de los receptores del péptido similar al glucagón tipo 1 ayudan a disminuir los niveles de glucosa sanguínea al hacer más lenta la digestión y estimular la secreción de insulina en respuesta a un aumento de los niveles de glucosa. Los inhibidores del cotrasportador de sodio y glucosa tipo 2 limitan el regreso de la glucosa al torrente sanguíneo, lo que causa un aumento de la eliminación de glucosa en la orina.
Colesterol alto. Los medicamentos para reducir el colesterol, a los que se llama estatinas, se usan para tratar el colesterol alto y reducir las proteínas en la orina.
Proceso de cicatrización en el riñón. La finerenona (Kerendia) interrumpe la actividad molecular que se cree que provoca la inflamación y el proceso de cicatrización del tejido en la nefropatía diabética. Las investigaciones demostraron que es posible que el medicamento reduzca el riesgo de disminución de la función hepática, la insuficiencia renal, la muerte cardiovascular, los ataques cardíacos no mortales y la hospitalización por insuficiencia cardíaca en adultos con enfermedad renal crónica asociada con la diabetes tipo 2.
Es probable que tu médico recomiende pruebas de seguimiento en intervalos regulares para ver si tu enfermedad renal permanece estable o evoluciona.
Tratamiento de la nefropatía diabética avanzada
Si tu enfermedad evoluciona y se transforma en insuficiencia renal (enfermedad renal en etapa terminal), es probable que tu médico te plantee opciones de atención médica que se centren en reemplazar la función de los riñones o en hacer que te sientas más cómodo. Estas son algunas opciones:
Diálisis renal. Este tratamiento elimina los desechos y el exceso de líquido de la sangre. Los dos tipos principales de diálisis son la hemodiálisis y la diálisis peritoneal. En el primer método, el más común, es posible que necesites visitar un centro de diálisis y que se te conecte a un riñón artificial unas tres veces a la semana o que un cuidador capacitado te haga la diálisis en casa. Cada sesión dura de 3 a 5 horas. El segundo método también se puede hacer en casa.
Trasplante. En algunas situaciones, la mejor opción es un trasplante de riñón o un trasplante de riñón y páncreas. Si tú y tu médico deciden que la mejor opción es un trasplante, se te evaluará para determinar si eres elegible para esta cirugía.
Control de los síntomas. Si decides no someterte a diálisis o a un trasplante de riñón, tu expectativa de vida generalmente sería de solo unos pocos meses. Es posible que recibas tratamiento para ayudarte a mantenerte cómodo.
Posibles tratamientos futuros
En el futuro, las personas con nefropatía diabética podrían beneficiarse de los tratamientos que se desarrollan actualmente mediante la medicina regenerativa. Estas técnicas pueden ayudar a revertir o retrasar el daño renal causado por la enfermedad. Por ejemplo, algunos investigadores consideran que la cura de la diabetes de una persona con un tratamiento futuro, como el trasplante de células de los islotes del páncreas o la terapia con células madre, podría mejorar la función renal. Estas terapias, así como los nuevos medicamentos, todavía se encuentran en investigación.
Fuente: infobae.es