El consumo excesivo de alcohol tiene efectos negativos sobre la salud, pero también lo tiene su consumo esporádico. Estos son los efectos que puede tener sobre nuestros riñones, cuya función más conocida es eliminar las sustancias tóxicas del cuerpo.
En ocasiones especiales y momentos puntuales, es muy habitual acompañar las reuniones sociales con alguna bebida alcohólica, por lo menos en España. Una costumbre que, en su justa medida, es aceptable (aunque no necesariamente recomendable), pero que cuando se convierte en algo habitual puede llegar a ser un problema, causando daños en nuestra vida personal y también en nuestra salud, llegando a afectar al funcionamiento de los riñones.
Los riñones, que se encuentran situados en el abdomen, tienen la función de eliminar los desperdicios de la sangre y el exceso de agua en forma de orina, también ayudan a mantener el equilibrio de sustancias químicas en el cuerpo. Estas son sus funciones más conocidas, pero también son los encargados de elaborar hormonas que ayudan a controlar la presión arterial y estimulan la médula ósea para que produzca glóbulos rojos. No sorprende demasiado que un buen funcionamiento de los mismos sea esencial.
Una de las funciones de los riñones es eliminar las sustancias tóxicas de nuestro cuerpo y un consumo excesivo de alcohol hace que se produzca una sobrecarga tóxica en nuestros riñones, afectando a la capacidad de filtración del sistema renal. El alcohol puede provocar un desequilibrio en el mecanismo de filtrado, inhibe la secreción de la hormona antidiurética, encargada de reabsorber el agua por parte del riñón.
Al beber mucho alcohol, el riñón deja de identificar los líquidos necesarios y filtra la mayoría de ellos a la vejiga, donde son transformados en orina para su posterior expulsión. Esto acentúa el estado y el efecto de la deshidratación, que resulta todavía mayor por el efecto diurético del alcohol y es la responsable de la resaca, el riñón se ve en la obligación de trabajar más de lo normal, así como de tomar otros líquidos del cuerpo para su hidratación.
Un consumo excesivo de alcohol puede causar daños a corto plazo, provocando una lesión renal aguda. También a lo largo del tiempo puede derivar en enfermedades graves, produciendo un síndrome de necrosis tubular aguda, que puede derivar en insuficiencia renal o en enfermedad renal crónica. Además, también se ha demostrado que un consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de desarrollar cálculos renales e infecciones urinarias.
Qué hacer para tener los riñones sanos
Hay muchos factores que influyen en la salud de nuestros riñones, por eso son muchos los aspectos de nuestra vida diaria que podemos cuidar para conseguir que estos estén sanos y trabajen de manera efectiva.