La directora general de la Organización Nacional de Trasplantes hace balance de los objetivos cumplidos, anticipa las áreas en las que se está trabajando y subraya la importancia de la Ley de Donantes en vivo recientemente aprobada

España es un país puntero en la donación y trasplante de órganos. Es el ejemplo en el que todos se fijan y al que siguen, pero siempre se hallan áreas de mejora. Beatriz Domínguez-Gil, Directora General de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), atiende a Demócrata para valorar la situación actual y cómo ayudará la recientemente aprobada Ley de Donantes de órganos y tejidos en vivo.

A los mandos de la ONT, que es un organismo público con rango de Dirección General del Ministerio de Sanidad, Domínguez-Gil también asegura que se han cumplido los objetivos fijados y anticipa los planes, programas y cuestiones normativas en las que se está trabajando, como la derogación de la orden ministerial que impide la donación entre personas con VIH, el potencial de la donación en asistolia, las técnicas de innovación y la expansión de la red de centros.

Pregunta: Finalizando el año, ¿qué balance hacéis del mismo? Las cifras del informe son positivas. ¿Cómo las valoráis?

Respuesta: Aún quedan unas semanas, pero el año 2024, en términos de logros del sistema de trasplantes, va a ser muy exitoso. Probablemente, cuantitativamente nos superemos a nosotros mismos. Las cifras todavía las tenemos que cerrar y verlo en detalle, pero va a aumentar la donación de órganos y el trasplante de órganos.

Hemos conseguido también unos resultados muy destacados en actividad de implante de tejidos, de progenitores hematopoyéticos y desde el punto de vista de actividad todos nuestros indicadores van refrendando la potencia y la consolidación de nuestro sistema.

Desde el punto de vista cualitativo también se van produciendo mejoras, pero tenemos cosas que lograr y que matizar. El año anterior, el año 2023, fue un año muy internacional.

Fue el año de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea y España, a través de la ONT y de otros departamentos ministeriales, lideró el Reglamento sobre sustancias de origen humano, que se adopta formalmente en este año 2024 por parte del Consejo y por parte del Parlamento, pero todos los países reconocen la impronta española. Por lo tanto hemos visto el fruto definitivo de un gran esfuerzo que se realizó.

Es un año en el que han visto la luz todos los productos también de la Conferencia de Santander, que se hizo en Presidencia española una cumbre global en trasplante.

También hemos conseguido, fruto del trabajo de 2023 y 2024, que la Asamblea Mundial de la Salud adopte una nueva resolución en materia de trasplantes.

Hemos conseguido mejorarnos a nosotros mismos a nivel nacional e impregnar y dictar la política a nivel europeo y a nivel global en materia de trasplantes. España ha dejado una enorme huella.

«Hemos conseguido mejorarnos a nosotros mismos a nivel nacional e impregnar y dictar la política a nivel europeo y a nivel global».

En tema de tráfico de órganos también hemos tenido un importante logro. Naciones Unidas ha adoptado una nueva resolución, promovida por España, sobre cómo combatir el tráfico de órganos.

P: ¿Qué planes, programas u objetivos tiene ahora encima de la mesa o se prevén implementar a partir del próximo curso?

R: Hemos logrado nuestros objetivos, con creces, y en el ámbito internacional hemos dado el do de pecho. El futuro, en un organismo que parte de una situación de excelencia siempre es complicado porque mantenerse ya en sí mismo es un reto.

Por diferenciar áreas, teníamos un Plan estratégico en donación y trasplante de órganos que tenía como objetivo alcanzar los indicadores que nos habíamos planteado en el año 2022. Es cierto que no contábamos con el efecto de la COVID-19 y la pandemia tuvo un efecto muy importante en los programas; pero los grandes objetivos se han logrado entre 2023 y 2024.

Por tanto, ahora mismo estamos inmersos en el desarrollo de una nueva estrategia en materia de donación y trasplante de órganos. Nos planteamos seguir creciendo. La lista de espera sigue creciendo. El objetivo debería ser reducir la necesidad de trasplante, y lo es. Somos conscientes de que a nivel global tenemos que tener estrategias en salud pública que disminuyan la necesidad de trasplante. Estrategias de prevención de la enfermedad renal crónica avanzada, de prevención de la necesidad de trasplante hepático, cardíaco, pulmonar… Pero nosotros como organismo tenemos la función de que, cuando un paciente alcanza una situación de enfermedad renal avanzada, enfermedad cardíaca avanzada, enfermedad pulmonar avanzada y necesita el reemplazo de un órgano, ese reemplazo exista y además con las mayores garantías de éxito.

«Estamos inmersos en el desarrollo de una nueva estrategia en materia de donación y trasplante de órganos».

Seguimos planteando objetivos orientados a aumentar la donación. El mayor potencial de crecimiento sigue siendo el de la donación en asistolia. La donación en asistolia la empezamos a reforzar ya en el año 2012 y se ha convertido en la gran vía de crecimiento hasta el punto de que este año probablemente la donación en asistolia sea la principal forma de donación en nuestro país. Para los próximos años lo que nos vamos a proponer es que la donación en asistolia se plantee en todos los escenarios posibles de fallecimiento.

«Vamos a proponer es que la donación en asistolia se plantee en todos los escenarios posibles de fallecimiento».

La donación en asistolia, que es la que se plantea a partir de personas que fallecen tras una parada cardiorrespiratoria con un daño cerebral catastrófico que no evolucionaban a muerte encefálica y morían en otras circunstancias. Vamos a plantear ese crecimiento de la donación en asistolia en personas que fallecen por otras muchas patologías: por problemas cardíacos, por problemas respiratorios, por enfermedades neurodegenerativas. Es decir, vamos a llevar la donación en asistolia a todos los escenarios posibles de fallecimiento para que las personas que fallecen en esas circunstancias tengan la opción de donar órganos si así lo desean.

Esa es una vía clara de crecimiento y que nos permite llevar la donación más allá de la unidad de cuidados intensivos, ya no solamente a las urgencias sino a prácticamente todas las unidades del hospital, incluso más allá del hospital.

También queremos plantearnos un crecimiento de la red de donación y con esto me refiero al número de hospitales implicados. Llevamos muchos años con 185 hospitales autorizados para la obtención de órganos. Queremos crecimiento de hospitales implicando probablemente a hospitales comarcales, hospitales con menos capacidad y de una manera mucho más determinada a centros privados que tienen que participar de la actividad de donación.

Esto probablemente nos exija hablar de una nueva figura que es el hospital detector, es decir, el hospital que identifica a un posible donante en el que a lo mejor no se lleva a cabo la obtención de los órganos y eventualmente de los tejidos, pero se puede cooperar con otros centros.

«Queremos expandir la red de centros implicados».

INNOVACIÓN Y DISMINUCIÓN DE PÉRDIDAS

Por otro lado, una vez se identifica a un posible donante, queremos disminuir pérdidas en ese proceso. ¿Por qué se pueden producir esas pérdidas? Muchas veces por cuestiones relacionadas con contraindicaciones médicas, pero a las contraindicaciones médicas las vamos retando a medida que se producen avances científico-técnicos.

Por ejemplo, el VIH. Recientemente, la ministra de Sanidad [Mónica García] anunciaba la intención de derogar una orden ministerial que impedía la donación de órganos a partir de personas con VIH. Nuestro objetivo es que estas personas puedan donar órganos a personas también infectadas por el VIH dentro de un protocolo nacional.

«Nuestro objetivo es que estas personas puedan donar órganos a personas también infectadas por el VIH dentro de un protocolo nacional».

Por otra parte también estamos trabajando en el desarrollo de otro protocolo nacional para el trasplante de órganos a partir de personas que fallecen con tumores de alto grado del sistema nervioso central, que hasta hace relativamente poco lo considerábamos una contraindicación absoluta para la donación.

Todos estos protocolos y guías de limitaciones para la donación de órganos las queremos revisar, actualizar y si es precisa una modificación normativa, como en el caso del VIH, hacerlo.

CONSENTIMIENTO

También queremos abordar sobre cómo mejorar el consentimiento. Lo queremos hacer a través de un plan específico en el que abordemos cómo se hace la entrevista familiar, por ejemplo, en nuevas circunstancias.

Tenemos fenómenos migratorios, nuevos grupos poblacionales que tienen una visión del fallecimiento muy específico y el que obliga a nuestros coordinadores de trasplante a adaptarse a cómo plantear estas entrevistas familiares.

Se nos plantean también entrevistas para la donación póstuma de órganos en primera persona, en personas que son conocedoras de cuándo se va a producir su fallecimiento, por ejemplo en el contexto de la prestación de ayuda para morir. y esto también requiere un entrenamiento específico de nuestros profesionales.

Por otro lado, queremos realizar algunos estudios de investigación para ver cómo podemos predecir el consentimiento o no en función de las características o de las circunstancias de esa entrevista, para tener más entrenados a nuestros profesionales.

Estamos trabajando en la Comisión de Trasplantes un plan que trata de abordar, a través de medidas de carácter normativo, organizativo, de formación y de investigación, que nos permita aumentar el número de donantes y mejorar la utilización de órganos para trasplante.

Otro aspecto que no quiero olvidarme es qué hacer con las nuevas técnicas de preservación. Viene toda una nueva apuesta por técnicas de preservación de órganos que nos permiten prolongar el tiempo hasta el trasplante, nos permiten validar órganos dudosos previamente al trasplante, nos permiten potencialmente mejorarlos… Quizá en el futuro incluso tratarlos, recuperarlos. Es importante diseñar una estrategia a nivel nacional de cómo nos vamos a sumar a esta innovación, que además supone un elevado coste para el sistema sanitario y al que le tenemos que dar cierta racionalización.

Tenemos ya planes establecidos en trasplante de progenitores hematopoyéticos y en tejidos. En ambos ámbitos trabajamos en el aumento de la disponibilidad, de la suficiencia, es decir, en el ámbito de progenitores hematopoyéticos, en caso de que un paciente necesite un donante no emparentado, cómo conseguir responder a esa necesidad en tiempo y en la medida de lo posible con donantes propios. Esto agiliza los procesos y revierte en la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario.

Seguimos trabajando en cómo modular el registro español de donantes de médula ósea, cómo mejorar su funcionamiento para responder mejor a los pacientes y hacer una mejor evaluación de los resultados post-trasplante.

Los nuevos usos de la sangre de cordón umbilical; y en tejidos, suficiencia, calidad, seguridad y efectividad. Ambos planes van a venir muy impregnadas del Reglamento de sustancias de origen humano, que se tiene que implementar en los 27 estados miembros en el año 2027.

P: Ha señalado varios aspectos de mejora. No sé si a alguno de ellos podría ayudar la Ley recientemente aprobada de donantes en vivo de órganos. ¿Qué valoración hacéis de la nueva normativa? ¿Habrá que esperar para ver cómo actúa?

R: Evidentemente la valoramos de manera muy positiva puesto que es una reclamación histórica de la ONT, de las sociedades científicas y de las asociaciones de pacientes, particularmente en el caso de la donación de órganos en vida.

La consideramos muy positiva porque en España está claro que la persona que dona un órgano en vida desde el punto de vista médico está perfectamente protegida. Esto es importante refrendarlo porque nuestro sistema sanitario garantiza que esas personas van a tener una protección médica ante una eventual complicación o problema que puedan tener, un seguimiento de por vida, y no solamente desde un punto de vista médico, sino también desde un punto de vista psicosocial. Pero desde el punto de vista laboral es cierto que estas personas no tenían la protección que merecen.

Hay que tener en cuenta que cuando se dona un órgano en vida hay que ser sometido a una evaluación previa muy exhaustiva, lo cual exige la realización de pruebas, entrevistas, valoraciones por parte de un equipo multidisciplinar. Con frecuencia hay que comparecer frente al comité de ética que evalúa el caso y además hay una comparecencia frente al juez, con lo cual hay varias ausencias del puesto de trabajo.

Y posteriormente tenemos la propia intervención y el tiempo hasta la recuperación, que puede ser variable, particularmente si se produce algún tipo de complicación y, por supuesto, en función también del trabajo que se desempeñe.

El donante vivo con una incapacidad temporal, que era básicamente lo que conseguía, podía tener pérdidas económicas importantes y ocasionalmente enfrentarse a la posibilidad del despido o algún tipo de sanción desde el punto de vista laboral.

Estas personas, que no solamente están ayudando a un ser querido sino que están ayudando a la sociedad en su conjunto porque ese trasplante libera la lista de espera de donante fallecido, contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario porque todo lo que ahorramos en diálisis, en el caso del trasplante renal, supone un ahorro para el Sistema Nacional de Salud.

Estas personas tienen que estar perfectamente protegidas. Por lo tanto, esta baja por donación, que es lo que se contempla, esta protección del donante, creemos que es muy positiva y hasta consideramos que puede ser un modelo para muchos otros países.

No esperamos y no es nuestro objetivo que aumente la donación de órganos en vida con esta medida. Lo que buscamos es que estas personas estén adecuadamente protegidas.

P: No solos se han incluido en la ley los donantes de órganos, sino también de tejidos. ¿Hay que ampliarse más?

R: Efectivamente, la norma también hace referencia a los donantes de tejidos. Dentro de lo que se contempla en la norma, lo que consideramos particularmente valioso es que habla de los donantes de médula ósea, los donantes de progenitores hematopoieticos, básicamente donantes de médula ósea, que sería otro tipo de donante vivo que requiere esta protección especial. Contemplando las ausencias previas a la intervención para evaluar su idoneidad y posteriormente la propia intervención.

En general, es una donación que se realiza a través de sangre periférica, pero ocasionalmente requiere también punción de médula ósea. Por lo tanto, sería un grupo de donantes que también tienen que estar convenientemente protegidos desde el punto de vista laboral.

Un modelo a seguir

P: Para concluir, ha hablado mucho de los aspectos de mejora, pero al final, España es un país puntero en este asunto. ¿Cuál es la clave del éxito y qué esencia no ha de perderse?

R: Hay tres patas fundamentales del éxito español. Una, evidentemente, es que tenemos una sociedad solidaria, dispuesta siempre a ayudar.

En segundo lugar, nuestro Sistema Nacional de Salud. Su carácter público y universal es una condición sine qua non del éxito español.

El tercer aspecto que hace que este sistema funcione realmente bien es cómo hemos organizado el proceso de donación de órganos, de donación de tejidos, de donación de células en España. Básicamente, la clave es la gestión.

Es importante entender que es una estructura que se nos va agotando porque la actividad ha aumentado en un 40% en una década. En una década hemos crecido un 40%; y la estructura, si no se refuerza…

Es importante reforzar las unidades de coordinación intrahospitalarias de trasplante. Muy importante en nuestro modelo organizativo es el soporte que da la ONT y las coordinaciones autonómicas de trasplante, que nos coordinamos perfectamente a través de la Comisión de Trasplantes del Consejo Interterritorial, que tiene un carácter muy técnico y en el que sentamos las políticas a nivel nacional. Ahí es donde las estrategias de las que hablábamos se pactan, se consensúan, se llevan a cabo…

Luego, muy importante, el trabajo con los medios de comunicación. Nosotros somos un organismo que no invierte en grandes campañas promocionales. Siempre trabajamos con los medios de comunicación y los medios de comunicación, como vosotros mismos, se transforman en verdaderos aliados a la hora de promover la donación y el trasplante de órganos, tejidos y células en España.

Fuente: Demócrata información parlamentaria