El objetivo es formar a pacientes activos que motiven y capaciten de un modo más cercano y efectivo a otras personas con la misma enfermedad, ya que parten de su experiencia personal. De este modo, los pacientes empoderados son capaces de tomar decisiones informadas sobre el tratamiento de su enfermedad, considerar distintas opciones para gestionar sus condiciones y promover su propia salud, implicando en el apoyo a los cuidadores.
Así pues, la iniciativa va dirigida a pacientes con problemas de salud crónicos (que suponen más del 50% de la actividad de hospitalización y casi el 80% de las consultas en la atención primaria), a sus familiares y a cuidadores, y engloba tres niveles de formación: la que reciben los profesionales, la dirigida a los pacientes activos (que lideran grupos de otros pacientes) y por último la orientada al resto de pacientes.