La salud no tiene precio. Aunque sí muchos costes. En contra de lo que muchas personas piensan, el mero hecho de acudir a una rutinaria visita al centro de salud o al hospital ya cuesta dinero, un coste económico que la población suele desconocer, a pesar de que la sufraga a través de los impuestos. Por ejemplo, un parto sin complicaciones o una cesárea cuestan 1.246 euros. Un trasplante hepático supone 34.082 euros y uno renal, 31.635. una mamografía alrededor de 131,50 euros, un implante coclear 1072 euros y un bypass aortocoronario –una de las intervención cardíacas más comunes– 8.474 euros. Una prótesis de rodilla 1.727 euros, la colocación de un stent 3.262 euros o una vasectomía 379.90 euros.

Estos son algunos de los precios públicos que el Servicio Canario de Salud (SCS) asigna a las pruebas y servicios sanitarios que se dispensan en la sanidad pública canaria y que aparecen detallados en el Boletín Oficial de Canarias. Los últimos datos conocidos, actualizados a fecha de 1 de febrero de 2017 y firmados por el exdirector del SCS Conrado Domínguez, reflejan que una consulta básica asciende a 66,49 euros en caso de que sea la primera y a 28.78 las sucesivas; que una cirugía mayor ambulatoria como una intervención de cataratas bilateral cuesta 2.438 euros, una fimosis 509 euros o una cirugía vascular alrededor de 1.111 euros; o como a una consulta de enfermería se le asigna 26,62 euros y si es a domicilio 106,47 euros.

También recoge las prestaciones ambulatorias como puede n ser aerosolterapia para los asmáticos que cuesta por sesión 23,37 euros o una consulta a la matrona, unos 59,62 euros; las pruebas diagnósticas cuestan desde los 402 euros un estudio de resonancia magnética simple hasta los 1.264 euros por un litotricia renal extracorporea y la extirpación tumoración benigna de mama unso 615,49 euros. Otros ejemplos de servicios cuantificados son la rehabilitación y fisioterapia por 88.39 euros cada sesión o 169,46 euros en caso de una electroteraapia con ondas de choque; y también la hemodiálisis que asciende a a 374,33 euros.

Estos precios, que varían mucho de unas comunidades autónomas a otras, se usaron hace unos años para concienciar a los ciudadanos del gasto que generaba la atención sanitaria que recibían, a través de las denominadas facturas en la sombra con el objetivo de que hicieran un uso más racional de los servicios.

Esta medida, impulsada por el Ministerio de Sanidad en la segunda legislatura de Zapatero (PSOE) como medida de contención del gasto en plena crisis económica, nunca llegó a Canarias, a pesar de que la consejería entonces gobernada por el PP, con Mercedes Roldós, siempre fue partidaria de emitir estas facturas que serían a coste cero –dado que el sistema es gratuito y universal– para los pacientes.


Todas los servicios y pruebas que dispensa la sanidad pública canaria conlleva un coste económico que se cobran al usuario a través de los impuestos. El Servicio Canario de Salud publica las cifras en el BOC.


 

Fuente: Canarias7.es