Querida Raquel,
Nos dejaste el pasado Viernes santo, como si el destino quisiera que recordemos siempre ese día.
A los que hemos compartido contigo vida y trabajo, nos han quedado muchas cosas por decirte, y ahora sólo podemos hacerlo como homenaje y celebración de tu vida. Seguro que te gustaría más una celebración, porque tu vida ha sido un ejemplo de fortaleza y de superación, y la tristeza no iba contigo.
Tuviste la suerte de tener una familia maravillosa que siempre ha estado a tu lado, haciendo fácil lo difícil, acompañándote en todos los momentos de tu enfermedad desde que eras una niña. Pueden estar tranquilos y orgullosos de haber estado contigo siempre y hasta el final.
Pero lo que debemos y queremos celebrar todos los que te hemos conocido es tu grandeza de corazón, tu bondad, las ganas de aprender cada día, tu buen humor y la fuerza que te empujaba a superar todas las dificultades. Tenemos mucho que aprender de ti Raquel, y vamos a echarte mucho de menos.
Gracias a la vida por habernos dado la oportunidad de tenerte, conocerte y quererte. Estarás siempre en nuestro corazón.
Tus compañeros de ALCER Turia
Fuente: ALCER TURIA