La responsable anterior Manuela de la Vega está a la espera de un riñón y con fecha para entrar en hemodiálisis.
Me he marcado dos objetivos. El primero, realizar más tareas de concienciación para que la gente done. Y el segundo trabajar con el voluntariado para estar más visibles en más sitios. Hay mucha gente que está dispuesta a ayudar y solo tenemos que captarlos», explicaba Irene San Gil, nueva presidenta de ALCER (Asociación para la lucha contra las enfermedades del riñón) en Balears.
San Gil, que hasta mediados de este mes en el que sustituyó en la presidencia de esta asociación a Manuela de la Vega había ejercido como vicepresidenta durante más de una década, explicó que entró en ALCER a raíz de que su hija perdiera los dos riñones cuando tan solo contaba con un año de edad. «Desde entonces empecé a colaborar con la asociación y con Manuela», asentó.
Esta última, verdadera alma mater de ALCER en las islas, reveló que en estos momentos se encuentra a la espera de que alguien done algún riñón que su sistema inmune tolere. «He pasado veinte años y medio con un riñón ajeno pero parece que ya se ha agotado y no funciona bien. Me siento mal y me canso mucho, cualquier esfuerzo extraordinario que hago me pasa cuentas después. La creatinina está subiendo. Ese ha sido el principal motivo por el que he decidido dejar la presidencia», explicaba De la Vega.
Mientras aparece el riñón que precisa, ya tiene cita para comenzar el tratamiento de hemodiálisis. «El 9 de enero comienzo la diálisis, ya tengo la fístula (conexión quirúrgica de una arteria directamente a una vena) en el brazo. Tengo que ir día sí, día no cuatro horas diarias. Me han asegurado que el tratamiento ha mejorado mucho», concluía de la Vega solo lamentando que, como había predicho, el récord de trasplantes no se haya establecido en 90.
Fuente: Diario de Mallorca