DÍA 31 DE MARZO DE 2020
Siguiendo con nuestro compromiso de actualización y de responsabilidad con las personas con enfermedades renales en cualquier opción de tratamiento renal sustitutivo, os hacemos llegar las novedades de esta crisis sanitaria que afectan a nuestro colectivo.
Vivir con enfermedad renal en tiempos de Pandemia
El periódico El País se ha hecho eco, junto con otras patologías, de las dudas y preocupaciones de ALCER en una entrevista realizada a nuestro presidente, Daniel Gallego. Daniel indicó la preocupación de nuestras entidades por el contagio en las unidades de hemodiálisis, personas que tienen que acudir obligatoriamente a su tratamiento en ambulancias colectivas, tengan o no síntomas. El miedo y la incertidumbre al contagio, con un riesgo alto en estas personas. También en pacientes inmunodeprimidos como las personas trasplantadas de riñón. Se ha hecho especial hincapié en la falta de medios de protección y material sanitario. Ver noticia completa
Los pacientes renales deben seguir tomando su medicación pese al Covid-19
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Miami (Estados Unidos), y publicado en la revista ‘American Heart Association Hypertension’, ha recomendado a los pacientes cardiacos y renales seguir tomando su medicación durante la pandemia por el Covid-19. Y es que, tal y como han alertado los expertos, se están publicando informaciones inexactas e, incluso, «potencialmente letales» como, por ejemplo que los pacientes que toman bloqueadores del sistema renina-angiotensina (RAS), particularmente los bloqueadores de los receptores tipo 1 de angiotensina II (BRA), pueden ser más susceptibles al virus. Ver noticia completa
Estar confinado y solo. Lo que esta crisis revela del gran mal oculto de nuestra época
200.000 personas mayores en el Reino Unido viven solas, habían pasado más de un mes sin comunicarse con amigos o familiares. Por ello decidieron crear un Ministerio para la Soledad, a finales de 2018, ya que uno de cada cinco británicos aseguraba que se sentía solo la mayor parte del tiempo. Múltiples estudios médicos han señalado la deriva física y mental a la que puede conducir un aislamiento involuntario. Deterioro del sistema inmunológico, enfermedades cardiacas, alzhéimer o depresión. La trágica paradoja de la crisis actual es que puede conducir a muchas personas a encerrarse más en sí mismas a la vez que les prohíbe las herramientas para intentar salir de esa prisión. Ver noticia completa